Modelo atómico de Rutherford
Modelo
de un átomo de Rutherford. Propuso un núcleo con protones y electrones girando
alrededor.
El
modelo atómico de Rutherford es un modelo atómico o teoría sobre la estructura
interna del átomo propuesto por el químico y físico británico-neozelandés
Ernest Rutherford para explicar los resultados de su "experimento de la
lámina de oro", realizado en 1911.
El
modelo de Rutherford fue el primer modelo atómico que consideró al átomo
formado por dos partes: la "corteza", constituida por todos sus
electrones, girando a gran velocidad alrededor de un "núcleo" muy
pequeño; que concentra toda la carga eléctrica positiva y casi toda la masa del
átomo.
Rutherford
llegó a la conclusión de que la masa del átomo se concentraba en una región
pequeña de cargas positivas que impedían el paso de las partículas alfa.
Sugirió un nuevo modelo en el cual el átomo poseía un núcleo o centro en el
cual se concentra la masa y la carga positiva, y que en la zona extranuclear se
encuentran los electrones de carga negativa.
Resulta
curioso observar que el término “núcleo”, no aparece en los escritos de
Rutherford. Lo que él consideró esencial para explicar los resultados
experimentales, fue "una concentración de carga" en el centro del
átomo. Esta concentración de carga, que ahora todos denominan núcleo, era lo
que podía explicar el hecho comprobado en sus experimentos de que algunas
partículas salieran rebotadas en dirección casi opuesta a las partículas
incidentes.
Este
fue un paso crucial en la comprensión de la materia, ya implicaba la existencia
de un núcleo atómico donde se concentraba toda la carga positiva y más del
99,9% de la masa. Las estimaciones del núcleo revelaban que el átomo en su
mayor parte estaba vacío.
Ernest
Rutherford (1871-1937) físico y químico británico, de origen neozelandés, es
considerado el padre de la física nuclear. A comienzos de 1911, propuso la idea
de que el átomo de cualquier elemento se compone de un núcleo diminuto en el
que se reúne toda la carga eléctrica positiva y casi toda la masa y de
electrones con carga negativa que giran alrededor de este núcleo, como si
fueran planetas de un pequeño sistema solar unidos por fuerzas eléctricas, en
vez de por la fuerza de gravedad.
En
los Laboratorios Cavendish de Cambridge, trabajaba también J.J. Thomson, el
descubridor del electrón. Es difícil evitar el término “partículas” al hablar
de entidades fundamentales como el electrón, pero hay que recordar que no se
deben imaginar únicamente como pequeñas bolitas o concentraciones de masa y
energía en un punto sólido. El electrón es una entidad fundamental que no está formada
por cosas más pequeñas.
No
se puede decir lo mismo del núcleo de un átomo. Al principio de la segunda
década del siglo XX, Rutherford descubrió que el núcleo es como una bola
formada partículas apretadas unas con otras, como en un racimo de uvas: los
protones.
Lo
que une los electrones al núcleo no es la fuerza de gravedad que es
insignificante (leyes de Newton), sino la fuerza eléctrica (leyes de Maxwell).
En general, un átomo tiene tantos electrones como protones tenga su núcleo.

El
núcleo del uranio más común tiene 92 protones. Cada protón tiene una carga
eléctrica positiva de igual magnitud que la carga eléctrica negativa del
electrón.
De
acuerdo al modelo atómico de Rutherford, el núcleo se compone de partículas con
carga positiva, a las que denominó protones y de partículas con carga negativa,
denominadas electrones. Las cargas eléctricas de protones y electrones son de
distinto signo pero de igual intensidad. Por lo cual, los átomos son
eléctricamente neutros.
En
1920, Rutherford predijo que en el núcleo de los átomos, existían otra
partículas, a la que denominó neutrones, que tenían masa de similar magnitud a
la de los protones, pero que no estaban dotadas de carga eléctrica.
Protones
Los protones tienen carga
eléctrica positiva 1,602 x 10-19 Coulomb y
masa de 1,67262 × 10-27 kg.
Neutrones
Los neutrones carecen de carga
eléctrica y su masa es un poco mayor que la del protón (1,67493 × 10-27 kg).
Electrones
Los electrones tienen carga
eléctrica negativa igual a 1,602 x 10-19 Coulomb y masa de 9,10 × 10-31
kg.
Protones
y neutrones tienen una masa 1.836 y 1.838 veces la de un electrón. Es decir que
prácticamente toda la masa de un átomo está concentrada en su núcleo.

El
número de electrones que giran en torno al núcleo es igual al número de
protones. Ambos tiene cargas eléctricas de igual intensidad, pero de distinto
signo; por lo cual, en su conjunto, la carga eléctrica de un átomo es neutra.
No
es posible medir directamente el diámetro de un átomo, menos aún el de su
núcleo; pero se ha logrado determinar en forma aproximada que el diámetro
promedio de un átomo es:
0,00000001
cm = 1 x 10-8 cm y el de su núcleo: 0,000000000001 cm = 1 x 10-12 cm
El
tamaño de un átomo es cerca de 10.000 veces el tamaño del núcleo. Si un átomo
tuviese el tamaño de una esfera de 10 metros de diámetro, el núcleo sería del
tamaño de un pequeño rodamiento de 1 milímetro colocado en el centro; los
electrones serían como minúsculas
partículas de polvo girando en órbitas circulares o elípticas dentro de la
esfera de 10 metros.
Por
consiguiente, se puede afirmar que practicamente todo el espacio ocupado por el
átomo, está vacío.
Imagen
de un átomo, muy lejos de estar a escala real
Rutherford
pasó la segunda mitad de su vida dedicado a la docencia y dirigiendo los
Laboratorios Cavendish de Cambridge, en donde se formaron otros dos ilustres
científicos: Niels Bohr (1885-1962) y Robert Oppenheimer (1904-1967).
Historia
Antes
de que Rutherford propusiera su modelo atómico, los físicos aceptaban que las
cargas eléctricas en el átomo tenían una distribución más o menos uniforme.
Rutherford trató de ver cómo era la dispersión de las partículas alfa por parte
de los átomos de una lámina de oro muy delgada. Los ángulos resultantes de la
desviación de las partículas supuestamente aportarían información sobre cómo
era la distribución de carga en los átomos. Era de esperar que, si las cargas
estaban distribuidas uniformemente según el modelo atómico de Thomson, la
mayoría de las partículas atravesarían la delgada lámina sufriendo sólo
ligerísimas deflexiones, siguiendo una trayectoria aproximadamente recta.
Aunque esto era cierto para la mayoría de las partículas alfa, un número
importante de estas sufrían deflexiones de cerca de 180º, es decir,
prácticamente salían rebotadas en dirección opuesta a la incidente. Rutherford pensó que esta fracción de
partículas rebotadas en dirección opuesta podía ser explicada si se suponía la
existencia de fuertes concentraciones de carga positiva en el átomo. La
mecánica newtoniana en conjunción con la ley de Coulomb predice que el ángulo
de deflexión de una partícula alfa relativamente liviana por parte de un átomo
de oro más pesado, depende del "parámetro de impacto" o distancia
entre la trayectoria de la partícula y el núcleo
se
deduce que el parámetro de impacto debe ser bastante menor que el radio
atómico. De hecho el parámetro de impacto necesario para obtener una fracción
apreciable de partículas "rebotadas" sirvió para hacer una estimación
del tamaño del núcleo atómico, que resulta ser unas cien mil veces más pequeño
que el diámetro atómico. Este hecho resultó ser la capacidad uniformable sobre
la carga positiva de neutrones.
Importancia del modelo y limitaciones
La
importancia del modelo de Rutherford residió en proponer por primera vez la
existencia de un núcleo en el átomo (término que, paradójicamente, no aparece
en sus escritos). Lo que Rutherford consideró esencial, para explicar los
resultados experimentales, fue "una concentración de carga" en el
centro del átomo, ya que sin ella, no podía explicarse que algunas partículas
fueran rebotadas en dirección casi opuesta a la incidente. Este fue un paso
crucial en la comprensión de la materia, ya que implicaba la existencia de un
núcleo atómico donde se concentraba toda la carga positiva y más del 99,9% de
la masa. Las estimaciones del núcleo revelaban que el átomo en su mayor parte
estaba vacío.
Rutherford
propuso que los electrones orbitarían en ese espacio vacío alrededor de un
minúsculo núcleo atómico, situado en el centro del átomo. Además se abrían
varios problemas nuevos que llevarían al descubrimiento de nuevos hechos y teorías
al tratar de explicarlos:
Por un lado se planteó el problema de cómo
un conjunto de cargas positivas podían mantenerse unidas en un volumen tan
pequeño, hecho que llevó posteriormente a la postulación y descubrimiento de la
fuerza nuclear fuerte, que es una de las cuatro interacciones fundamentales.
Por otro lado existía otra dificultad
proveniente de la electrodinámica clásica que predice que una partícula cargada
y acelerada, como sería el caso de los electrones orbitando alrededor del
núcleo, produciría radiación electromagnética, perdiendo energía y finalmente
cayendo sobre el núcleo. Las leyes de Newton, junto con las ecuaciones de
Maxwell del electromagnetismo aplicadas al átomo de Rutherford llevan a que en
un tiempo del orden de 10^{-10}s, toda la energía del átomo se habría radiado,
con la consiguiente caída de los electrones sobre el núcleo.2 Se trata, por
tanto de un modelo físicamente inestable, desde el punto de vista de la física
clásica.
Según
Rutherford, las órbitas de los electrones no están muy bien definidas y forman
una estructura compleja alrededor del núcleo, dándole un tamaño y forma algo indefinidas.
Los resultados de su experimento le permitieron calcular que el radio atómico
era diez mil veces mayor que el núcleo mismo, y en consecuencia, que el
interior de un átomo está prácticamente vacío.
Modelos posteriores
El
modelo atómico de Rutherford fue sustituido muy pronto por el de Bohr. Bohr
intentó explicar fenomenológicamente que sólo algunas órbitas de los electrones
son posibles. Lo cual daría cuenta de los espectros de emisión y absorción de
los átomos en forma de bandas discretas.
El
modelo de Bohr "resolvía" formalmente el problema, proveniente de la
electrodinámica, postulando que sencillamente los electrones no radiaban, hecho
que fue explicado por la mecánica cuántica según la cual la aceleración
promedio del electrón deslocalizado es nula.
Modelo
de un átomo de Rutherford. Propuso un núcleo con protones y electrones girando
alrededor.
.
Modelo atómico de Bohr
Diagrama
del modelo atómico de Bohr.
El
modelo Este modelo dice que los electrones giran a grandes velocidades
alrededor del núcleo atómico. En ese caso, los electrones se disponen en
diversas órbitas circulares, las cuales determinan diferentes niveles de
energía.
Para
Bohr, la razón por la cual los electrones que circulan en los átomos no
satisfacen las leyes de la electrodinámica clásica, es porque obedecen a las
leyes de la mecánica cuántica. Sin duda, giran en torno del núcleo atómico,
pero circulan únicamente sobre órbitas tales que sus impulsos resultan
determinados por múltiplos enteros de la constante de Planck. Los electrones no
radian durante todo el tiempo en que describen sus órbitas; solamente cuando el
electrón salta de una órbita a otra, más cercana del núcleo, lanza un cuanto de
luz, un fotón. Emitidos por los átomos de gases incandescentes, son los fotones
los que engendran las rayas espectrales, y Bohr tuvo el portentoso acierto de
poder explicar las rayas del hidrógeno. En efecto, las longitudes de onda de
estas líneas espectrales se vuelven calculables a partir del modelo de átomo
cuantizado por Bohr, que interpreta también el origen de los espectros
elementales embrionados por los rayos X.
Bohr,
gracias a la cuantización de su átomo, logró el gran éxito de explicar las
líneas espectrales del hidrógeno.
Postulados
En
el año 1913 Niels Bohr (Premio Nobel de Física 1922) propuso un modelo atómico,
basado en la teoría cuántica de Planck para explicar cómo los electrones pueden
tener órbitas estables alrededor del núcleo. Este modelo planetario es un
modelo funcional que no representa el átomo (objeto físico) en sí, sino que
explica su funcionamiento por medio de ecuaciones. Debido a su simplicidad, el
modelo de Bohr es todavía utilizado frecuentemente como una simplificación de
la estructura de la materia. Cuenta con 5 postulados fundamentales:
1) El electrón se puede mover solo en
determinadas orbitas caracterizadas por su radio
2) Cuando el electrón se encuentra en
dichas órbitas, el sistema no absorbe ni emite energía ( orbitas estacionarias
)
3) Al suministrarle al átomo energía
externa, el electrón puede pasar o "excitarse" a un nivel de energía
superior, correspondiente a una órbita de mayor radio
4) Durante la caída del electrón de un
nivel de mayor energía (más alejado del núcleo) a uno de menor energía (más
cerca del núcleo) se libera o emite energía.
5) Al pasar el electrón de un nivel a otro
se absorbe o se libera un cuanto de energía cuyo valor está relacionado con la
frecuencia absorbida o emitida según:
Delta

Donde
delta de E es la diferencia de energía entre los niveles considerados
El
modelo atómico de Bohr o de Bohr-Rutherford es un modelo clásico del átomo,
pero fue el primer modelo atómico en el que se introduce una cuantización a
partir de ciertos postulados (ver abajo). Fue propuesto en 1913 por el físico
danés Niels Bohr, para explicar cómo los electrones pueden tener órbitas
estables alrededor del núcleo y por qué los átomos presentaban espectros de
emisión característicos (dos problemas que eran ignorados en el modelo previo
de Rutherford). Además el modelo de Bohr incorporaba ideas tomadas del efecto
fotoeléctrico, explicado por Albert Einstein en 1905.
Introducción
Bohr
se basó en el átomo de hidrógeno para hacer el modelo que lleva su nombre. Bohr
intentaba realizar un modelo atómico capaz de explicar la estabilidad de la
materia y los espectros de emisión y absorción discretos que se observan en los
gases. Describió el átomo de hidrógeno con un protón en el núcleo, y girando a
su alrededor un electrón. El modelo atómico de Bohr partía conceptualmente del
modelo atómico de Rutherford y de las incipientes ideas sobre cuantización que
habían surgido unos años antes con las investigaciones de Max Planck y Albert
Einstein.
En
este modelo los electrones giran en órbitas circulares alrededor del núcleo,
ocupando la órbita de menor energía posible, o la órbita más cercana posible al
núcleo. El electromagnetismo clásico predecía que una partícula cargada
moviéndose de forma circular emitiría energía por lo que los electrones
deberían colapsar sobre el núcleo en breves instantes de tiempo. Para superar
este problema Bohr supuso que los electrones solamente se podían mover en
órbitas específicas, cada una de las cuales caracterizada por su nivel
energético. Cada órbita puede entonces identificarse mediante un número entero
n que toma valores desde 1 en adelante. Este número "n" recibe el
nombre de Número Cuántico Principal.
Bohr
supuso además que el momento angular de cada electrón estaba cuantizado y sólo
podía variar en fracciones enteras de la constante de Planck. De acuerdo al
número cuántico principal calculó las distancias a las cuales se hallaba del
núcleo cada una de las órbitas permitidas en el átomo de hidrógeno. Estos niveles
en un principio estaban clasificados por letras que empezaban en la
"K" y terminaban en la "Q".Posteriormente los niveles
electrónicos se ordenaron por números. Cada órbita tiene electrones con
distintos niveles de energía obtenida que después se tiene que liberar y por
esa razón el electrón va saltando de una órbita a otra hasta llegar a una que
tenga el espacio y nivel adecuado, dependiendo de la energía que posea, para
liberarse sin problema y de nuevo volver a su órbita de origen. Sin embargo no
explicaba el espectro de estructura fina que podría ser explicado algunos años
más tarde gracias al modelo atómico de Sommerfeld. Históricamente el desarrollo
del modelo atómico de Bohr junto con la dualidad onda-corpúsculo permitiría a
Erwin Schrödinger descubrir la ecuación fundamental de la mecánica cuántica.
Postulados de Bohr
En
1913, Niels Bohr desarrolló su célebre modelo atómico de acuerdo a tres
postulados fundamentales:1
Primer postulado
Los
electrones describen órbitas circulares en torno al núcleo del átomo sin
irradiar energía.
La
causa de que el electrón no irradie energía en su órbita es, de momento, un
postulado, ya que según la electrodinámica clásica una carga con un movimiento
acelerado debe emitir energía en forma de radiación.
Para
conseguir el equilibrio en la órbita circular, las dos fuerzas que siente el
electrón: la fuerza coulombiana, atractiva, por la presencia del núcleo y la
fuerza centrífuga, repulsiva por tratarse de un sistema no inercial, deben ser
iguales en magnitud en toda la órbita.
Donde el primer término es la fuerza
eléctrica o de Coulomb, y el segundo es la fuerza centrífuga; k es la constante
de la fuerza de Coulomb, Z es el número atómico del átomo, e es la carga del
electrón, m_e es la masa del electrón, v es la velocidad del electrón en la
órbita y r el radio de la órbita.
Donde
queda expresada la energía de una órbita circular para el electrón en función
del radio de dicha órbita.
Segundo postulado
MODELO ATÓMICO DE BOHR
No
toda órbita para electrón está permitida, tan solo se puede encontrar en
órbitas cuyo radio cumpla que el momento angular, L, del electrón sea un
múltiplo entero de \hbar={h \over 2\pi} Esta condición matemáticamente se
escribe:
A partir
de ésta condición y de la expresión para el radio obtenida antes, podemos
eliminar v y queda la condición de cuantización para los radios
con n=1,2,3,\dots; subíndice introducido en
esta expresión para resaltar que el radio ahora es una magnitud discreta, a
diferencia de lo que decía el primer postulado.
Ahora,
dándole valores a n, número cuántico principal, obtenemos los radios de las
órbitas permitidas. Al primero de ellos (con n=1), se le llama radio de Bohr:
expresando el resultado en ångström.
Del
mismo modo podemos ahora sustituir los radios permitidos r_n en la expresión
para la energía de la órbita y obtener así la energía correspondiente a cada
nivel permitido:
que
es la llamada energía del estado fundamental del átomo de Hidrógeno.
Tercer postulado
El
electrón solo emite o absorbe energía en los saltos de una órbita permitida a
otra. En dicho cambio emite o absorbe un fotón cuya energía es la diferencia de
energía entre ambos niveles. Este fotón, según la ley de Planck tiene una
energía:
Ésta
última expresión fue muy bien recibida porque explicaba teóricamente la fórmula
fenomenológica hallada antes por Balmer para describir las líneas espectrales
observadas desde finales del siglo XIX en la desexcitación del Hidrógeno,
con
n=3,4,5,\dots, y donde R_H es la constante de Rydberg para el hidrógeno. Y como
vemos, la expresión teórica para el caso n_f=2, es la expresión predicha por
Balmer, y el valor medido experimentalmente de la constante de Rydberg (1.097
10^7 m^{-1}), coincide con el valor de la fórmula teórica.
Se
puede demostrar que este conjunto de hipótesis corresponde a la hipótesis de
que los electrones estables orbitando un átomo están descritos por funciones de
onda estacionarias. Un modelo atómico es una representación que describe las
partes que tiene un átomo y como están dispuestas para formar un todo.
Basándose en la constante de Planck E = h \nu\, consiguió cuantizar las órbitas
observando las líneas del espectro.
En
el año 1911, se celebró el primer Congreso Solvay de científicos, que se hizo
famoso pues a él asistieron casi todos los que en el siglo XX dejaron una
huella en el trascendental cambio que trajo a la ciencia el descubrimiento de
los átomos.
Entre
estos genios de la física estaba Ernest Rutherford, el cual, cuando regresó a
Cambridge, a su Laboratorio Cavendish, habló con tanto entusiasmo acerca de la
nueva teoría de los quantos, que sus argumentos lograron impresionar
profundamente a su joven ayudante, Niels Bohr.
Niels
Bohr se puso manos a la obra, para incluir la teoría de los cuantos en el
modelo atómico de su maestro Rutherford.
Pulse
en la imagen para leer mayor información acerca de los congresos Solvay
Niels
Bohr sabía que las principales objeciones al modelo atómico de Rutherford eran
que, de acuerdo a las leyes electromagnéticas de Maxwell, los electrones
irradiarían su energía en forma de ondas electromagnéticas y, por lo tanto,
describirían órbitas espirales que los irían acercando al núcleo hasta chocar contra
él. Por lo cual, no había ninguna esperanza de que los átomos de Rutherford se
mantuvieran estables ni que produjeran las nítidas líneas espectrales observadas
en los espectroscopios.
Tomando
como punto de partida el modelo de Rutherford, Niels Bohr trató de incorporar
en él la teoría de “cuantos de energía” desarrollada por Max Planck y el efecto
fotoeléctrico observado por Albert Einstein.
En
1913, Bohr postuló la idea de que el átomo es un pequeño sistema solar con un
pequeño núcleo en el centro y una nube de electrones que giran alrededor del
núcleo. Hasta aquí, todo es como en el modelo Rutherford.
Lo
original de la teoría de Bohr es que afirma:

a) que los electrones solamente pueden
estar en órbitas fijas muy determinadas, negando todas las demás.
b) que en cada una de estas órbitas, los
electrones tienen asociada una determinada energía, que es mayor en las órbitas
más externas.
c) que los electrones no irradian energía
al girar en torno al núcleo.
d) que el átomo emite o absorbe energía
solamente cuando un electrón salta de una órbita a otra.
e) que estos saltos de órbita se producen
de forma espontánea.
f) que en el salto de una órbita a otra, el
electrón no pasa por ninguna órbita intermedia.
La
característica esencial del modelo de Bohr es que, según él, los electrones se
ubican alrededor del núcleo únicamente a ciertas distancias bien determinadas.
El por qué de esta disposición se estableció más tarde, cuando el desarrollo de
la mecánica cuántica alcanzó su plena madurez.
El
modelo de Bohr es muy simple y recuerda al modelo planetario de Copérnico, los
planetas describiendo órbitas circulares alrededor del Sol.
El
electrón de un átomo describe también órbitas circulares, pero los radios de
estas órbitas no pueden tener cualquier valor, sino valores fijos.
Cuando
un electrón salta de una órbita a otra, lo hace sin pasar por órbitas
intermedias. Esto es una afirmación que rompe las ideas normales que tenemos,
porque no podemos visualizar cómo sucede esto exactamente.
Es
pertinente recordar lo que dijo Einstein: "... debemos admirar
humildemente la bella armonía de la estructura de este mundo, en la medida en
que podamos comprenderlo. Eso es todo.

Consideremos
un átomo con un solo electrón, en el que hay:
a) un núcleo de carga eléctrica Z
suficientemente pesado para considerarlo inmóvil.
b) un electrón que describe una órbita
circular de radio r.
En
el modelo de Bohr, se estipula que la energía del electrón es mayor cuanto
mayor sea el radio r.
Por
lo cual, cuando el electrón salta a una órbita de menor radio, se pierde
energía. Esa energía perdida es la que el átomo emite hacia el exterior en
forma de un quanto de luz. Dicho de otro modo, en forma de fotón.
Resumiendo:
Los electrones no irradiarían energía (luz) si permanecieran en órbitas
estables.
Pero
si saltan de una órbita de menor energía a una de mayor energía, el electrón
absorbe un cuanto de energía (una cantidad igual a la diferencia de energía
asociada a las órbitas concernidas).
Si
el electrón pasa de una órbita de mayor energía a una de órbita más interna,
pierde energía y la energía perdida es lanzada al exterior en forma de
radiación (luz): el electrón desprende un cuanto de energía, un fotón.
Niels
Bohr dedujo que la frecuencia de la luz emitida por un átomo, está relacionada
con el cambio de energía del electrón, siguiendo la regla cuántica de Planck
"cambio de energía/frecuencia=constante de Planck".
Trece
años después de que Max Planck decidiera incorporar el cuanto a la teoría de la
luz, Bohr introdujo el cuanto en la estructura atómica y el mayor éxito de su
modelo fue la explicación del espectro de emisión de luz del hidrógeno.
La
teoría de Bohr sobre el átomo, fue uno de los momentos cruciales de la física.
Bohr se hizo famoso y en 1922 era una gloria nacional para Dinamarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario